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EL NEO-SOLIPSISTA
Por Esteban Mendieta.
“Decir la verdad es deleitar a la sociedad con lo más
atrayente que puede ofrecernos: El espectáculo de su propia abyección”.
Ludwig Wittgenstein
“Los hombres quieren volar,
pero temen al vacío. No pueden vivir sin certezas. Por eso cambian el vuelo por
jaulas. Las jaulas son el lugar donde viven las certezas”.
Fiódor Dostoyevski
(Esto es ficción)
1.
Existir es una imposición. Esto no es necesariamente malo
o bueno. Quiero decir: Uno aparece en
este mundo sin consentirlo. Obviamente, es imposible dar un consentimiento,
pues antes de existir uno no existía.
1.1
La vida es una imposición. No voy a decir que la vida es
buena o mala o bella o fea, porque considero que expresarlo de esa forma no
conducirá a nada nuevo (optimismo, pesimismo, etc.) y el propósito de esto es
crear un aparato conceptual novedoso para comprender el mundo.
1.2
La vida es irracional. Es decir, no precisa de una razón para que acontezca, no requiere de
un argumento o una justificación para que ocurra. La vida ocurre porque sí. Por lo tanto, la vida se impone.
1.2.1
¿Qué es lo racional? Aquí, deseo que se entienda lo racional como el uso de argumentos para
explicar la existencia de algo. La razón es el uso del lenguaje, es hablar para
explicar el mundo.
1.3
El ser humano, en tanto ser vivo, es, en primera
instancia, irracional. O sea, tampoco
necesita razones para justificar su
existencia. Existe, simplemente (existe porque se han dado las condiciones
físico-biológicas necesarias, pero esa no es una razón, no responde a la pregunta del por qué, sino, dice cómo ha
ocurrido la vida, es decir, es la descripción de la reunión de una serie de
condiciones que la propiciaron).
2.
Voy a hacer una distinción para comprender la condición
del ser humano. Por un lado está la Vida
como Fenómeno (VF) y por otro la Vida como Experiencia (VE).
2.1
La VF tuvo un principio y no tiene un final determinado.
La VF ocurre, irracionalmente, persiste en el espacio y el tiempo. Cuando
observas a los organismos en conjunto y, de este modo, fusionas sus
“existencias”, los límites de éstas desaparecen, constituyendo una sola cosa:
La ocurrencia de la VF, un hecho que atraviesa a todos los organismos, pero del
que participan solo temporalmente.
2.2
La VE es la existencia limitada que corresponde al
organismo. Observa a un organismo vivo (un animal, una planta, una persona,
etc.). Sabes que ese organismo, aislado, tuvo un principio (nacimiento) y que
tendrá un fin (muerte).
2.3
La VF tiene una finalidad, un propósito: prolongarse a sí
misma (la VF no necesita una razón para hacerlo, solo lo hace). Para ello, emplea a los organismos, que se
reproducen, reemplazándose sucesivamente. Es decir, los organismos usan su VE
para contribuir al propósito de la VF.
2.3.1
¿Cuál es el propósito del organismo? Contribuir a la
realización del propósito de la VF. ¿Pero, es el único que puede tener?
2.4
El organismo humano plantea su existencia asumiendo el
propósito de la VF. Lo plantea racionalmente,
con el lenguaje, construyendo argumentos que parten de la naturaleza de la VF. El organismo humano tiene muy
presente la idea de la trascendencia,
del existir más allá de sus límites físicos. Así ha ocurrido hasta el momento.
La reproducción, la sucesión de generaciones, se explica, se justifica
racionalmente, con la idea de que el organismo estará, existirá, de alguna manera, en la existencia de los organismos del
futuro.
2.5
Pero la condición del organismo es diferente. Debido a
sus limitaciones físicas, morirá, desaparecerá. Su VE está restringida por su
constitución material. Repito, esto no es necesariamente bueno o malo. Simplemente,
es.
2.6
Los organismos de las variadas especies actúan
automáticamente, obedeciendo a su programación
genética. No tienen otra alternativa que la de obedecer al propósito de la VF.
El organismo de la especie humana, con el lenguaje, con la facultad de razonar,
tiene la posibilidad de plantearse contribuir o no al propósito de la VF. Si
esta posibilidad es propia de su naturaleza, ¿estaría obrando “incorrectamente”
si se atreve a dudar (que es parte de razonar) y a tomar una decisión diferente?
2.7
Si contemplamos la existencia del organismo aislado,
¿Cuál es su condición? Una existencia limitada por el acontecimiento del cese
de su organismo.
2.8
Si el organismo se plantea crear un propósito para su
existencia diferente del propósito de la VF, que en realidad no le atañe (el
organismo pertenece a la VF, pero no es la VF), deberá hacerlo partiendo de su
propia condición, del reconocimiento de sus límites y posibilidades. Este texto
es un intento de ello.
(Es compresible la reticencia de asumir las limitaciones
de la condición del organismo cuando históricamente se ha establecido la
posibilidad de que tales limitaciones pueden ser vencidas por la posibilidad de
trascender (en sencillas palabras,
hemos vivido “ilusionados” con la promesa de ser eternos). La VF “pugna” por
ser eterna y parece tener la
oportunidad de serlo. El organismo (la VE) no. La VF, a través de la sociedad
(S), que es una forma de sistematizar conceptualmente el propósito de la VF, se
ha impuesto sobre el organismo y, de
hecho, ese el “Primer momento del organismo”, el asumir su pertenencia a la VF
(la S), el ser poseído por ella).
3.
Haré una segunda distinción: el Organismo (O) y el
Individuo (I).
3.1
El O es aquél que asume el propósito de la VF como
propio, fundamenta su existencia en él.
3.2
El I es aquél que no
asume el propósito de la VF, pues lo considera incoherente con su condición. El I fundamenta su existencia en la aceptación de los límites y las
posibilidades que su naturaleza material impone.
(No hay en esta distinción una calificación ética o
estética. No pretendo decir que la “elección” de alguna de estas posibilidades
es más o menos buena o mala, correcta o incorrecta. Estas categorías, ya lo
dije, me parecen improductivas).
3.3
El propósito de la VF (prolongarse a sí misma) se formula
conceptualmente (en forma de argumentos) a través de la S y funciona sobre los
O como una Ética, o sea, como un conjunto de instrucciones sobre cómo actuar,
emplear la existencia, en este mundo. En ese sentido, lo correcto (o bueno) se
ajusta a lo que tiene que ocurrir para que la VF se prolongue, y lo incorrecto
(o malo) son aquellas acciones que no tienen que suceder para que la VF se
prolongue.
3.4
El I no tiene nada contra la S. No se opone a ella por su
naturaleza (la de la S) sino por la propia (la del I). Al asumir su condición
(finita), el I niega la condición de
la VF-S (infinita) como suya.
3.5
El Primer momento del organismo es ser un O. El O, al asumir el propósito de la VF, admite la
posibilidad de, algún modo, ser eterno. Desde
el punto de vista del reconocimiento de la condición de la VE esto es
incorrecto, pues, materialmente, es evidente que el organismo (unidad de la especie humana) no puede ser eterno, debido a su constitución. El organismo es
finito, mortal. Hemos visto personas morir y, por tanto, desaparecer.
3.6
El Segundo momento del organismo es ser un Individuo. El
I, al rechazar el propósito de la VF,
rechaza la posibilidad (y la necesidad) de ser eterno. Se asume como un ser
finito y mortal. A partir de su observación de la realidad, sabe que, una vez
muerto, desaparecerá. En ese sentido, la Ética del I (o sea, lo que tiene o no
tiene que hacer) derivará del reconocimiento de su condición.
3.7
Considero que gran parte de la confusión y sufrimiento
del organismo humano en el mundo deriva de la equivocada asunción de su
propósito. El organismo se quiebra con el peso
de asumir el propósito de la VF, es rebasado por él. Es así porque tal
propósito le es congénitamente ajeno.
4.
La S es la conceptualización
de la VF. En otras palabras, es la VF hecha lenguaje. El discurso de la VF surgió en algún
momento de la historia de la humanidad y ha ido evolucionando hasta el
presente. El discurso de la VF ha funcionado para su propósito: Prolongarse a
través de los organismos, en el espacio
y el tiempo. Llamemos al discurso de la S (de la VF) Dogma (D).
Los O asumen el D y, de este modo, el propósito de la VF se realiza. Millones
de O han obedecido y es por eso que la VF existe.
4.1
La S es una abstracción,
un concepto, asumido por el O. Cuando observas a los organismos humanos en
conjunto y, de este modo, fusionas sus “existencias”, los límites de éstas
desaparecen, constituyendo una sola cosa: La S: Un concepto que los atraviesa a todos, pero del que participan solo
temporalmente.
4.2
El organismo no cambia de naturaleza (VE) solo por el
hecho de pertenecer a la S (VF).
5.
La existencia del I es una anomalía.
5.1
Lo normal es
que solo existan O, pues de este modo se garantiza la continuidad de la VF. Los
I, al existir y reconocer su condición, plantean la posibilidad de no
contribuir al propósito de la VF.
5.1.2
Este texto no trata sobre la continuidad de la VF, sino
sobre el I y las posibilidades de tener una existencia coherente con su condición.
5.2
Cuando el I se concentra en reconocer su condición “se da
cuenta” que el D de la S le es ajeno.
La S difunde un discurso trascendentalista,
es decir, articula todas sus instrucciones en torno a la posibilidad de
trascender más allá de los límites materiales del organismo (El I no deja de
ser un organismo). No puede ser de otra forma. La labor del I consiste en
apartarse del D de la S.
5.2.1
Este discurso trascendentalista ha funcionado porque el
organismo está biológicamente predeterminado a seguir el propósito de la VF. Es por eso que el I es una anomalía
o, mejor expresado, el I se esfuerza por serlo. Se puede decir que hacerse un I es un acto de rebeldía.
¿Cómo ocurre el primer movimiento, el primer gesto de emancipación?
5.3
La predisposición a seguir
el propósito de la VF (el D de la S) está fuertemente ligada a la sensibilidad del organismo.
6
De modo que ahora toca hablar de los sentimientos.
6.1
El organismo es un objeto vivo. En tanto su constitución
material pertenece y deriva de la VF, su existencia
sigue el propósito de ésta: Vivir, seguir viviendo y propiciar la
continuidad de la VF aún más allá de sí mismo (reproducirse). Este impulso de vivir ya fue llamado Voluntad de Vivir (VV).
6.1.2
Para seguir viviendo, el organismo, tiene que estar preparado
para interactuar con el mundo, o sea, para lidiar y resolver los conflictos que
allí se presentan.
6.2
Llamaremos Experiencia
(E) a lo que ocurre en el cuerpo del organismo cuando interactúa con el mundo (tal interacción
es permanente). Esta E se da del siguiente modo:
busca experimentar
Placer. Schopenhauer bromeada diciendo que el placer sexual (un tipo de placer
bastante intenso) era una trampa que la naturaleza tiende al organismo para que
éste se reproduzca (y así prolongue la especie, por tanto, la VF).
El organismo experimenta o se encuentra en estado de
Relajación cuando percibe que su integridad no corre ningún peligro. También es
una experiencia satisfactoria y, por tanto, busca sentirla.
El organismo experimenta o se encuentra en estado de
Tensión (también llamado Miedo)
cuando percibe que su integridad corre peligro, es decir, cuando cabe alguna
posibilidad de morir o dificultar la
continuidad de su existencia. El organismo busca alejarse de las situaciones
que generan esta experiencia.
El organismo experimenta Dolor. Esta sensación es una señal de que algo en su cuerpo no anda
bien, es decir, de que existe alguna posibilidad de que su cuerpo no se halle
en condiciones idóneas para seguir viviendo.
Estas son las 4 sensaciones que considero constituyen las
variaciones de la E del organismo.
6.3
Voy a reducir la sensibilidad
(los sentimientos) del hombre a esta E.
6.4
El organismo posee una tendencia natural a seguir
viviendo. El organismo tiene VV, pero el O va a morir.
6.5
La S, en tanto VF, ha difundido un discurso trascendentalista y evitado hablar de la
muerte como un hecho definitivo y concluyente de la existencia del hombre (del
organismo). Definitivamente lo que trasciende es la VF, la S como concepto,
pero no el organismo (el O ni el I).
6.6
La Sensibilidad del O está configurada y organizada con
el D de la S, o sea con el lenguaje de la S.
6.6.1
La complejidad de la sensibilidad del hombre es solo una
apariencia, un aspecto dotado por el lenguaje de la S.
6.6.2
La S articula discursos con los que consigue convencer al
O de que existirá “más allá de sí mismo”. Puesto que el O ha recibido estos
discursos junto a su instrucción del uso del lenguaje, desde muy pequeño, los
ha adoptado, con cierta facilidad y naturalidad, como si fueran reales, es
decir, verdades.
7
Lo verdadero, lo real, es solo lo verificable con los
sentidos.
7.1
Frente a un enunciado inverificable, ¿Cómo comprobar su
cualidad de “verdad”?
7.1.2
Ciertamente, el hombre tiene limitaciones para conocer la
realidad totalmente (Por ejemplo, ignorar “qué ocurre” después de morir – si
acaso es posible plantear esta cuestión más allá del sentido material – ha
alentado a crear una serie de relatos que propician la creencia en la
trascendencia).
7.2
Generalmente, la S no habla de la muerte como el final
definitivo porque la S es un discurso de la VF y ésta no conoce un final para
sí y, en cambio, aspira a la eternidad.
7.3
Por tanto, se puede decir que la S no considera la
existencia del O como una existencia autónoma sino como un medio para que la VF
ocurra. En otras palabras, la S no requiere del O más que obediencia.
7.4
El I no está de acuerdo con esta lógica.
7.5
La Tensión es una experiencia frecuente porque el mundo
es un lugar potencialmente peligroso. Ante el peligro, el O experimenta
Tensión, o sea Miedo.
7.5.1
Existe el miedo a morir, a desaparecer definitivamente.
Este miedo es sostenido por la S al crear y promover relatos trascendentalistas
que plantean la posibilidad de seguir existiendo en otro plano de la realidad.
7.5.2
¿Dónde está la S? En cada O que adopta el D de la VF.
7.6
El Miedo es una sensación que el organismo representa para
sí conceptualmente.
8
Hablar (o pensar, que es hablar “sin usar la boca”) es
nombrar lo que ocurre en el mundo y en el cuerpo. Se usa el lenguaje que la S nos
ha dado. La experiencia del organismo (del O y del I), sin lenguaje, son solo
sensaciones corporales. Sin el lenguaje, tales sensaciones no significan, no significan lo que el lenguaje indica que
significan.
8.1
Nombrar es identificar
una sensación con el nombre que la S señala que le corresponde.
8.2
La especie humana ha llegado al punto de realizar su
existencia empleando el lenguaje (un lenguaje de cierto tipo, de cierta
complejidad, proveído por la S).
8.3
El I tiene que rechazar el lenguaje que la S plantea. Este
texto es el intento de la exposición de un método para lograrlo.
8.4
Este texto puede ser percibido como una violenta
reducción de la experiencia humana. No es una limitación sino una delimitación a partir del reconocimiento
de la condición material del organismo. Esta delimitación puede servir para
elaborar nuevos conceptos que logren un cambio, una mejora, en la Experiencia.
8.5
El discurso de la S es ambiguo e impreciso. La diversidad
que tanto se elogia es en realidad un obstáculo para que el organismo sea consciente de “sí mismo”, de sus
posibilidades reales y, eventualmente, mude a ser un I. Desde la ambigüedad,
desde lo borroso de la imaginación, de la creatividad arbitraria y de la
esperanza desbordante, se pueden crear infinidad de relatos. Se puede y se
hace, pero el I ya ha notado que aquello es incoherente con lo que él es.
8.6
Del mismo modo, creo que es posible crear una gran
variedad de relatos, de aparatos conceptuales, desde el reconocimiento de la VE
como única posibilidad real. En ese sentido, la limitación, el reduccionismo,
la pérdida de riqueza conceptual, solo es aparente.
8.7
Hablar de la Sensibilidad del I es hablar de algo nuevo,
de una Nueva Sensibilidad.
8.7.1
El I es un organismo que emplea el lenguaje de un modo
distinto del que lo hacen los O.
8.8
El I experimenta placer, relajación, tensión y dolor en
su cuerpo y los llama como tal.
8.8.1
Toda experiencia es corporal.
8.8.1.2
Las expresiones que sugieran experiencias más allá del
cuerpo solo son formas de hablar, juegos
del lenguaje. Esas expresiones son producto del lenguaje trascendentalista
de la S.
8.8.2
Hablemos, provisoriamente, de dos formas de Sensibilidad:
La Sensibilidad Física: La experiencia del placer,
relajación, tensión y dolor.
La Sensibilidad “Psicológica”: Nombrar la experiencia del
placer, relajación tensión y dolor.
8.8.2.1
Quiero decir, que la Sensibilidad Psicológica, que lo
Psicológico o, si se quiere, lo Emocional, es el acto de conceptualizar la experiencia corporal.
8.8.2.2
El organismo humano no puede no pensar, no puede
prescindir del lenguaje para conceptualizar (significar, “interpretar”, “dar
sentido”) a su Experiencia (sensibilidad).
8.8.2.2.1
El O no puede prescindir del lenguaje de la S.
8.8.2.2.2
El I se esfuerza por prescindir de él y, en cambio, usar
un lenguaje (un juego de lenguaje) propio.
8.8.2.3
Nombrar la sensación física es ser
“consciente” de la experiencia de cierta “emoción”. La “emoción” es la
sensación física etiquetada de
acuerdo a un tipo de lenguaje.
8.8.2.4
Ahora, olvidémonos de aquellas dos formas de
sensibilidad. En realidad, es solo una: La sensibilidad física nombrada,
“identificada” y “reconocida” con el lenguaje.
8.8.2.4.1
Una cosa es nombrar la emoción y otra es experimentarla
pero ambas suceden (pueden suceder) simultáneamente.
8.8.3
Se experimentan emociones al interactuar con el mundo. En
un primer momento se emplea el lenguaje de la S para hacerlo, es decir, se
dispone de una serie de expresiones para nombrar las 4 sensaciones arriba
señaladas. El lenguaje de la S, en tanto se incorpora desde muy temprana edad,
está tan fijada en los hábitos del O que la vinculación entre concepto y sensación es “automática”. La elaboración de un “nuevo lenguaje”
(una nueva manera de vincular conceptos con sensaciones) es ardua.
8.8.4
El trascendentalismo de la S definitivamente influye en
la experiencia emocional del O.
8.8.4.1
El marcado temor a morir o a ver dificultada la
viabilidad de seguir viviendo debido en gran parte a la insistencia de la S en
la ilusoria posibilidad de trascender (ser, en cierto modo, eterno) y en la
elusión de la tan real posibilidad de la muerte hace del hecho de desaparecer
(de pensar en desaparecer) una experiencia desagradable, harto temible. Así,
para evitar tal sensación, el O tiende a aferrarse a conceptos, relatos más
amables, como los que la S (la VF) ofrece.
8.8.4.1.1
Así, el O sigue dependiendo de ella y obedeciéndola.
8.8.4.2
El I tiene que reconocer y aceptar la posibilidad real de
su desaparición definitiva. Seguramente, al contemplar (pensar) en su muerte,
seguirá experimentando miedo. Quizás podamos hablar de una naturaleza paradójica
del organismo. Tal vez el miedo a la muerte sea una experiencia inevitable.
Existe una VV, un deseo de “seguir siendo” congénito que parece respaldar y
validar todo intento por aspirar a la continuidad, a alguna forma de eternidad.
No obstante, al atender a la
condición que realmente le implica, al pensarse como un organismo aislado, el I
deberá pensar y aceptar su finitud. Ese será, después del reconocimiento de su
condición, su segundo acto de emancipación.
8.8.4.3
La tensión y el dolor tienen un aspecto parecido: Son
incómodos, displacenteros.
8.8.4.4
Por otro lado, es probable que el O experimente placer y
se sienta relajado al pensar en la posibilidad de ser eterno o de que su
existencia no tendrá un fin. No tengo ninguna opinión al respecto en términos
éticos o estéticos. Su ocurrencia es plausible, pero, considero, que no por
ello debe ser alentada, puesto que veo una contraparte menos conveniente:
Depender de la S y, por tanto, consentir – forzosamente – a sus exigencias para
dar sentido a la propia existencia (Experiencia). En todo caso, el I no debe
optar por este camino.
9
Ahora hablaré del I y su relación con el mundo.
9.1
El I y el mundo (la totalidad de las demás cosas) son
objetos materiales. Para este caso, llamaremos mundo a las demás personas, a la S.
9.2
El I y el mundo son entidades ajenas entre sí. El I no
puede ser el mundo y éste no puede ser el I. Son mutuamente excluyentes.
9.2.1
La experiencia del I es intransferible. La experiencia
del mundo también lo es.
9.2.1.1
Se puede hablar de la Experiencia pero no transferirla.
La experiencia se limita a ocurrir en el cuerpo constitutivamente habilitado
para tal hecho.
9.2.2
Lo que sucede, gracias al lenguaje de la S, es la ilusión de la transferencia.
9.2.2.1
La posibilidad de trascendencia no se plantea solo en un
sentido temporal, sino también espacial. En ese sentido, puede verse a
la S como un solo organismo conformado por una multitud de organismos
(personas) unidas conceptualmente o,
mejor dicho, a través de un uso del lenguaje
(el de la S, obviamente).
9.2.2.2
También llamada Teoría
de la mente. El O asume que otro O piensa/siente, igual que él (Al decir
“igual que él” no me refiero al contenido del pensamiento sino al hecho de
pensar).
9.3
El solipsismo es la creencia de que la única certeza que
se puede tener es de la existencia de la propia conciencia. El solipsista dice “Solo yo existo”, como puede decir “Solo puedo tener certeza de mi existencia”.
Puesto que los sentidos son falibles, cabe la posibilidad de que el mundo
sea una ilusión, la proyección o invención que hace uno mismo.
9.3.1
Es cierto, los sentidos son falibles, pero es el único
medio del que disponemos para verificar, más o menos, el mundo que nos rodea.
9.4
Pensemos en esto: Si la especie humana no hubiera
desarrollado el lenguaje con la complejidad que ahora tiene, si ningún organismo
humano pensara/hablara como lo hace, no habría forma de nombrar, de significar
el mundo. Es decir, el mundo no existiría tal como lo conocemos. El mundo que
conocemos no existiría, por tanto, “este mundo” no existiría.
9.4.1
Todo lo que existe es porque significamos (con el
lenguaje) lo percibido. Otra forma de decirlo es: Si no significamos lo
percibido, éste no existe.
9.4.2
Debido a nuestra constante interacción con el mundo (a nuestra
forma de usar cierto lenguaje) no podemos dejar de significarlo. Pero, y este
es el propósito del Neo-Solipsismo (NS), podemos hacerlo de otro modo.
9.5
Desprovistos del lenguaje, el I y el mundo no existen o
existen ajenos a la conciencia (a esa “conciencia” provista de la capacidad de
“usar” el lenguaje para interpretar al mundo).
9.5.1
Sin lenguaje, el I y el mundo son solo cosas (y fenómenos), son cosas
diferentes a lo que somos con lenguaje. En ese caso, no tendría sentido hablar
de ello o, mejor dicho, sin lenguaje, no podríamos hablar de ello.
Pero usamos un lenguaje.
9.6
El lenguaje de la S plantea la posibilidad de que los O
están interconectados
conceptualmente, de que es posible cierta unificación. Puede suceder, pero esto
como un aparato conceptual (un
argumento) aplicado al mundo físico, aunque en este es evidente que cada O está
aislado. Este planteamiento teórico (de que es posible una unidad y
comunicación entre los O) está insertada en el discurso de la S, en su Ética.
9.6.1
Un aparato conceptual es una manera de organizar los
conceptos para interpretar (ordenar y hacer funcionar) el mundo físico.
9.7
Pero el organismo es un ente aislado. Lo que siente y lo
que piensa (su experiencia y cómo usa el lenguaje para interpretar ésta) solo
le atañe a él. Cuando lo expresa (lo “dice”) el organismo que recibe el mensaje
lo siente/piensa solo para él. Podrá haber comunicación, en el sentido de
intentar hacer común una experiencia,
pero no una unificación de la experiencia.
9.7.1
El organismo está solo.
(Recientes investigaciones científicas y avances
tecnológicos parecen haber conseguido decodificar y traducir las estructuras,
conexiones, neuronales en expresiones verbales –algo así como “leer la mente”–.
Aunque esto fuera realmente posible, la experiencia del organismo estará
reservada para él mismo. Ninguna computadora ni otro O podrán experimentar lo
que este siente).
9.7.2
Entonces, lo que realmente sucede es que el O, admitiendo
el aparato conceptual, el lenguaje de la S, el Dogma, actúa como si fuera posible conocer la
experiencia de otro O, es decir, asume un juego
del lenguaje.
9.7.3
El I, conocedor de sus límites y posibilidades, puede
convertirse en un solipsista. Puede decir “Solo yo existo” o “De lo único que puedo
tener certeza es de mi existencia”.
9.7.4
Pero realmente existen otros organismos. Nuestros
sentidos confirman su existencia (aunque los sentidos puedan ser falibles).
9.7.5
Un organismo no es el único que existe, pero es el único
que puede tener la experiencia de su cuerpo. El organismo no puede sentir al
mundo sino en su cuerpo, a partir de su contacto con él.
9.7.6
Imagina a un I asumiéndose como solipsista. Éste, tarde o
temprano, descubrirá que el mundo funciona independientemente de él. Comprobará
así que él no es el único que existe sino que existen otras cosas (además de él).
9.8
El Neo-Solipsista (NS) es el organismo que se separa del
mundo o, mejor dicho, el que reconoce su separación congénita y radical de él. El
Neo-Solipsista dice “Solo yo puedo
experimentar esta experiencia. Solo yo puedo ser yo”.
9.8.1
Cuando el O admite el D de la S, asume que la experiencia
de otros organismos puede ser también suya. Digamos que siente lo que supone (interpreta) que sienten los
demás. Esto ocurre imperceptiblemente, es decir, sin que el O se “dé cuenta”.
El lenguaje que usa está tan arraigado en él que no consigue diferenciarlo de “sí
mismo”. En ese momento, el O no puede pensar fuera de su sistema de pensamiento
(de su lenguaje).
9.8.2
El I, llamémoslo a partir de ahora Neo-Solipsista, al
haber rechazado el D de la S, se ha quedado solo con un lenguaje
rudimentario para organizar su experiencia. Este lenguaje rudimentario vincula las cosas y fenómenos del mundo
con conceptos que solo admiten el mundo como material y se construyen a partir
del reconocimiento de la condición del I en tanto organismo biológico, o sea,
de la asunción de su VE. A partir de ese lenguaje rudimentario pueden
desarrollarse otros.
9.8.3
Donde el O asume que puede conocer lo que otro O experimenta,
el NS admite que no puede hacerlo.
9.8.4
Obviamente el NS no pretende extraerse del mundo
físicamente sino a nivel conceptual.
9.8.5
El organismo es un ente aislado. El NS solo lo reconoce y existe
con esa certeza.
9.8.5.1
El NS, en tanto organismo biológico, también experimenta
placer, relajación, tensión y dolor. También busca experimentar placer y evitar
el dolor.
9.9
El organismo asumiéndose como NS es un avance.
Para seguir, tengo que plantear lo siguiente:
10
El NS no es su
cuerpo. El NS es su experiencia (la experiencia sensorial más el hecho de usar el
lenguaje para significar su experiencia).
10.1
Decir que el mundo pertenece al organismo no es verdad.
10.1.1
El criterio que se debe cumplir para decir que algo “me
pertenece” es el control (el
ejercicio de poder).
10.1.1.2
Solo me pertenece aquello que puedo controlar. Si no es
así, si algo escapa de mis posibilidades de manejarlo completamente, no tiene
sentido expresar que me pertenece.
10.1.2
El mundo no me pertenece, puesto que no lo puedo
controlar. Controlarlo parcialmente no satisface el criterio. El mundo (los
objetos, los otros organismos) existe independientemente de lo que yo pueda o
quiera hacer.
10.1.3
“Mi” cuerpo no
me pertenece, puesto que no lo puedo controlar. Controlarlo parcialmente no
satisface el criterio. Mi cuerpo existe independientemente de lo que “yo” pueda
o quiera hacer (me refiero estrictamente a lo siguiente: No puedo evitar sentir
hambre, sed, sueño, envejecer, - por más cuidado que tenga - enfermar o morir).
Es más, si puedo “controlar” qué acciones realizar, este control depende en
cierto grado del mundo (tengo que trabajar, asumir cierto rol, etc.) Entonces,
no tiene sentido decir: “Mi cuerpo me pertenece”.
10.1.4
Podría decirse: “El mundo y mi cuerpo (o, mejor
expresado: Este cuerpo que habito)
pertenecen a la VF, lo único que puede
pertenecerme es la forma en que
interpreto “mi” cuerpo en interacción con el mundo (es decir, si cabe la
posibilidad de controlar absolutamente algo, ese algo es el lenguaje, la lógica con que interpreto
al mundo). Lo único que puedo ser es
la forma en que uso el lenguaje”
10.2
¿Qué es aquello que habita el cuerpo, qué es aquello que digo que soy?
La experiencia,
el uso del lenguaje para significar la experiencia:
“Si soy algo, soy el lenguaje
que uso”.
11
El siguiente paso conceptual es situar a la VF y a la VE
(el NS) en contraposición.
11.1
El NS no tiene nada contra la S-VF. No se opone a ella
por su naturaleza (la de la VF) sino por la propia (la del NS-VE).
11.1.1
Esta contraposición es meramente teórica y tiene el
objetivo de clarificar lo que el NS puede
hacer durante su existencia.
11.2
El NS puede buscar
experimentar placer (a partir del reconocimiento de su condición).
11.2.1
¿Dónde se da
(ocurre) la experiencia del NS?
En el cuerpo (que habita) que interactúa con el mundo.
Platón decía que el cuerpo es una prisión para el alma.
Se puede reemplazar alma por Experiencia (que es el NS). Pero, la prisión es doble: El cuerpo y el mundo.
(Obviamente, la experiencia
no tiene la propiedad de trascendencia
que se le atribuye al alma).
Elaborar un lenguaje propio
(distinto del D de la S) es concebirse como NS.
11.4
Ser un NS no se da automáticamente, como sí se da ser un
O.
11.5
Ser un NS es una anomalía.
12
Asumamos que el lector se plantea ser un NS.
12.1
Lo que el NS “observa”
es su cuerpo interactuando con el mundo, su VE realizándose (agotándose)
como parte de la VF.
12.1.1
El NS está en “su”
cuerpo. Su cuerpo está en el mundo (S).
12.1.2
El NS, en tanto lenguaje
(uso de lenguaje “interpretando” la experiencia) es distinto de su cuerpo y el mundo. Cuidado con esto, no se trata de
ser dualista (plantear una distinción tipo materia
y espíritu), sino de indicar que, si bien la experiencia ocurre en el
cuerpo, la experiencia no es el cuerpo. Esta expresión puede ayudar: “Yo sé que mi cuerpo (un objeto físico) va a
dejar de estar vivo, pero mi cuerpo no sabe que va a dejar de estar vivo”. En este caso, el acto de saber, de conocer, es
la Experiencia.
12.1.3
Así como el lenguaje de la S (los O) tiene una lógica (una estructura y un sistema de
funcionamiento), el lenguaje del NS también debe tener una.
12.1.4
A diferencia del lenguaje de la S, que es
trascendentalista, el del NS debe regirse a los límites de su condición finita.
Una finitud temporal y espacial.
12.1.4.1
La finitud temporal significa que el NS no admitirá ningún
“futuro” más que el que su vigencia orgánica le reserva. Si el NS es quien
percibe al mundo y, al percibirlo, el mundo existe, cuando el NS deje de
existir también lo hará el mundo.
12.1.4.2
La finitud espacial significa que el NS no admitirá la
creencia de que realmente puede experimentar
la experiencia de otro organismo. Si tal cosa es “posible”, solo lo será como
resultado de una concesión¸ del acto
de ceder ante una forma de
interactuar, ante un juego del lenguaje.
En este caso, decir: “Siento lo que tú sientes”, será solo una forma de hablar,
más no una descripción veraz de la realidad.
12.1.5
Este último aspecto tiene implicancias importantes en la
llamada Sensibilidad (también nombrada “Emocionalidad”) del NS.
12.1.5.1
La S promueve la creencia de que un O puede saber lo que
otro O experimenta. Evidentemente, esta creencia funciona para viabilizar la
continuidad de la VF haciendo que los O actúen de tal forma que la S (la
totalidad de O) funcione como un solo organismo (en donde un O es
indistinguible de otro). Esta creencia opera en el O “configurando” totalmente
su VE al servicio del propósito de la VF.
12.1.5.2
Esta creencia genera múltiples problemas al O: Desde el
miedo intenso a la muerte a verse forzado a realizar una variedad de acciones
que cree que le propician o
propiciarán cierta forma de trascendencia (ser amado, reconocido, recordado,
valorado, etc.). El NS sabe que esto realmente no es posible, de modo que no
hace un esfuerzo “serio” por conseguirlo. Lo que hace es ceder ante cierta
forma de actuar, sabiendo “en el
fondo” que está cediendo.
12.1.6
Esa “voz” (que
es él mismo) que el O “escucha” en su “interior” (y que puede llamar su “mente”
o su “conciencia”) es el lenguaje de la S con el que interpreta su experiencia
(su experiencia de interactuar con el mundo).
12.1.7
Esa “voz” (que es él mismo) que el NS “escucha” en su “interior” (y que, por cuestiones
prácticas, no llama su “mente”) es el lenguaje que ha elaborado y con el que
interpreta su experiencia (su experiencia de interactuar con el mundo).
12.2
Si solo es posible emanciparse de la S (erigirse como un
I-NS) a través de la construcción de un lenguaje nuevo, aquél que no lo hace no existe como una entidad
conceptualmente autónoma. Se puede decir que el organismo que no se plantea la
autonomía conceptual aún es parte del “organismo” que es la S. En esta
pertenencia pierde su autonomía.
13
Un fenómeno propiciado por el lenguaje trascendentalista
de la S es la aversión a la soledad y
al silencio. Esto debido a que la
soledad y el silencio son experiencias que comprueban la condición aislada del
O (y contradicen la creencia de que pertenece a algo más que a “sí mismo”). El
lenguaje de la S no funciona para dar sentido a la experiencia del O como un
organismo aislado, puesto que está teóricamente cohesionado a la S.
13.1
Para continuar con esta cohesión teórica, la S promueve
experiencias opuestas a la soledad y el silencio. Experiencias que podemos
llamar Espectáculo y Ruido.
13.1.1
Cuando el O se encuentra solo y en silencio, esa “voz
interior” “parece” no tener sentido si se enfoca “en sí mismo” y “parece”
natural buscar algo que lo aleje de ese estado. Podemos decir que el O que
tiene la sensación de “querer huir de sí mismo” no existe más que como un
elemento de un organismo más grande (la S) que, precisamente, anula su posible
existencia.
13.1.2
El espectáculo y el ruido funcionan como una distracción
para que el O se mantenga en tal estado y son un obstáculo para que
eventualmente se convierta en un I.
13.1.2.1
Espectáculo es todo aquello que no es el proyecto de
pretender reconocerse (y existir) como un I.
El espectáculo es todo aquello que es Trivial e Ingenuo. Trivial en el sentido de que no es útil para propiciar la
autonomía conceptual del O e Ingenuo en el sentido de que promueve la creencia
de que puede trascender más allá de sus límites materiales.
13.1.2.2
Ruido es todo aquello que sirve para “llenar” el silencio.
En realidad, no importa su contenido “conceptual”, solo que “esté allí” para
que el silencio (y por tanto, la comprobación de la inoperancia del lenguaje de
la S) desaparezca.
13.1.3
El lenguaje de la S está básicamente constituido por
espectáculo y ruido.
13.1.3.1
La llamada “Cultura”, que no es más que la articulación
del D de la S en una serie de conductas preestablecidas (“Tradiciones”), es
espectáculo y ruido. Su función es promover la creencia en la posibilidad de
trascender (espacial y temporalmente). Naturalmente, el NS “prescindirá” de
este tipo de cultura.
13.2
El NS existe con un lenguaje sencillo. El mundo no existe
más que materialmente.
14
Puede parecer extraño.
El NS observa el sol y lo que ve es el sol. Cuando el NS
deja de ver al sol, este desaparece. En cierto modo, deja de existir (esto solo
es una simplificación con fines ilustrativos). Cuando el NS deja de percibir a
una persona, ésta no existe (no existe materialmente – bajo la lógica: Lo no
percibido no existe – pero sí de forma conceptual, de una particular forma conceptual).
14.1
Parece extraño porque el lenguaje de la S está tan
arraigado en el O (en su “Emocionalidad”) que este no puede diferenciarse,
escindirse, de él. Es extraño porque contraviene la lógica – trascendentalista
– del lenguaje de la S y seguirá siendo extraño si “uno” lo sigue empleando.
14.2
De algún modo, el NS ha superado los límites que el
lenguaje de la S impone.
(Cuando se habla acerca de “conceptos” no tiene sentido
hablar de pérdida o limitación, puesto que un concepto siempre es precedente de
otro. No tiene sentido decir: “Un sistema conceptual es limitado”. Puede
parecer limitado para abordar un fenómeno de cierto modo, pero puede hacerlo de
otro).
15
Lo que se plantea es lo siguiente:
El NS es un ente aislado del mundo. En tanto su
“naturaleza” es distinta a la del mundo, la naturaleza de este se le presentará
como algo ajeno y extraño. Es decir, el NS existe (existirá) en un estado de
permanente extrañeza. El NS es (será), durante toda su existencia, un
“extranjero”, como dijo Camus (pero no en el sentido estricto en que lo dijo.
El NS no es un nihilista “paralizado” por el “sin-sentido” – aquí señalado como
la incoherencia entre el propósito de
la VF y la VE – del mundo). Este estado de extrañeza será, curiosamente, su
estado natural. El mundo le será
siempre ajeno pero esto no será impedimento para poder gozar de él.
15.1
El NS buscará experimentar placer y evitar el dolor, pero
desde una “epistemología” y una “ontología” distintas a la que la S plantea.
16
Este texto será un sin-sentido
para quien no esté, de algún modo, dispuesto a convertirse en un NS.
16.1
El carácter “dogmático” de esta postura deriva del
carácter dogmático de la VF que es la “esencia” (en tanto que la VE deriva de
ella) de la VE.
Enero, 2024
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